Fotografía de Alicia Paredes Garduza
Esta imagen se capturó en 1972, año en el que quienes disfrutábamos del cine (cinematógrafo) habíamos visto o veríamos pronto filmes como El Castillo de la Pureza de Arturo Ripstein, con Rita Macedo, Arturo Beristain y Claudio Brook; Barba Azul de Edward Dmytryk, con Rachel Welch, Virna Lisi y Richard Burton; El Hombre de la Mancha de Arthur Hiller, con Sophia Loren como Dulcinea y Peter O'Toole como Don Quijote; El ocaso de una estrella de Sidney J. Furie, con la ya entonces famosa Diana Ross; El último tango en París de Bernardo Bertolucci, con Marlon Brando y Maria Schneider; Hermano sol, hermana luna de Franco Zeffirelli, con Graham Faulkner como Francisco y con interpretaciones musicales de Donovan; o El Padrino de Francis Ford Coppola, protagonizada por el mítico Marlon Brando y Al Pacino.
Fotografía de Alicia Paredes Garduza
Ese mismo año de 1972 aparecían en la literatura libros como La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada de Gabriel García Márquez o Los Caminos de Juárez de Andrés Henestrosa; si no todos gustábamos de esta literatura, o no podíamos acceder a ella por las razones que fueran, por lo menos, si frecuentábamos las librerías de la ciudad, o de otras ciudades, podíamos hojearlos y retener en la memoria los títulos para adquirirlos y leerlos en la primera oportunidad que tuviésemos más adelante. Igualmente, en 1972, aparece en los Estados Unidos el libro The Joy of Sex de Alex Comfort, quien con esta obra y sus secuelas será, a lo largo de los setenta, uno de los más fuertes impulsores de lo que Stephen Heath llamará irónicamente diez años más tarde la sexología de la liberación.
Fotografía de Alicia Paredes Garduza
Además de los libros y el cine, a muchos nos interesaban las canciones en inglés. Este año de 1972 sonaban éxitos como Long Cool Woman (In A Black Dress), del grupo británico The Hollies; Layla, del grupo Derek and The Dominos, encabezado por Eric Clapton; American Pie, de Don McLean; o curiosas piezas instrumentales como Popcorn, de Hot Butter, y Joy, de Apollo 100. Pero también se escuchaban canciones de grupos mexicanos de rock como Enigma, La Revolución de Emiliano Zapata, El Ritual, etc., los cuales componían sus propias "rolas" en inglés o en castellano. Entre los jóvenes del bachillerato había quienes preferían el bossa nova o la música de protesta que llegaba de América del Sur, con interpretes como Víctor Jara, Violeta Parra, Isabel Parra. Es decir, éramos tan sanos como los "chavos" de ahora.
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